viernes, 1 de noviembre de 2019

tal vez siempre sea octubre en Lima

una neblina fina viene por oleajes en el cielo desde el mar
un dibujo de cables y perfil de fierros están de amanecida,
un castillo derruido de latas
los patrones de color de una lana de tinte salmón
dos veces el micrófono demasiado alto para unas butacas anodinas
los días de sol y de frío
la saliva y el sabor dulce del vacío, la ruta hacia el mar, el gentío, el bullicio
quince veces buscando la textura del agua, la sal de la arena, el silencio de las aves
envolturas, cactus, un avispero vuelto hacia abajo, una tapa densa gris sobre la plaza
los días en Lima siempre parece que son de octubre
unas chapas dispuestas en la demarcación del perímetro, unas frazadas que ya no abrigan,
un abrelatas viejo e inútil
No te olvides de regar el jardín, remover la tierra de las macetas, tal vez los geranios ahora tengan el color muy encendido
dictar unas clases a jóvenes siempre trae nuevas ideas para trazar en los bocetos,
en la desgana de los sueños desarticulados,
dos veces tu voz y tu olvido
el llanto de un bebé, las inútiles bocinas de la mañana
tal vez este año todos los meses fueron octubre, por eso no avanzó el tiempo
y se repitieron los días, las hojas en el cuaderno, las páginas en el libro y las películas en la pantalla
al final del camino, un paso estuvo sediento de tierra



lunes, 12 de agosto de 2019

una página de diario de agosto

Estos días fríos de agosto, te invitan a la nostalgia y a estar en la habitación, tratando de encontrar calor justo en algún lugar o en algún tiempo de la memoria. Un traslado, un pequeño viaje mientras tomamos un café y buscamos alguna música que nos acompañe o que nos pueda acompañar. Cuando era niño jugaba recostado en las camas destendidas, jugaba con mis carritos de metal, tan realistas como autos de verdad. No eran muchos mis carritos, de hecho, mis hermanos tenían cinco veces mas juguetes que yo. Los días fríos como hoy, seguro me refugiaba en mis juegos para pasar una tarde apacible. Mirar los pliegues de la cama, mirar el color o los clavos de las paredes, mirar la lámpara o los adornos de la mesa de noche, eran ya un misterio suficiente para ensoñar.
Después de todo, el tiempo siempre está ahí, incansable, avanzando, imparable, abriendo nuevas heridas, abriendo nuevas preguntas, ofreciendo nuevas oportunidades, a veces incomprensibles oportunidades. Ya en estos años, con la llegada del internet, de los artilugios tecnológicos, celulares y demás, aparentemente estamos muy comunicados, muy interactivos, muy socializados todos, muy imbuidos de lo que les pasa a unos y a otros. Pero sabemos que todo eso es una ilusión, un espejismo.   El mundo sigue siendo extraño, amplio, complejo, a veces muy ajeno y peligroso. El calor de nuestro interior se confronta con el otro, con la otredad, con lo diferente, con lo oculto, con lo que no nos entiende o comprende, con lo que nos odia o nos menosprecia, también. Y aquel, es parte de la frontera hacia ese universo ajeno, terrible, frío o indiferente. Es por eso, que tenemos que volver a nuestros recuerdos, a nuestra propia voz, la que conocemos, la que nos prodiga nuestra memoria.  Hoy es un lunes cualquiera de agosto, es un día de vacaciones, con tareas pendientes por hacer como siempre, pero también con necesidad de escucharme a mí mismo, de abrir una ventana hacia adentro para así, poder respirar un poco mi propio tiempo y espacio. El frío también invita a eso, a llenar una página en un diario personal olvidado.
Volvamos al tiempo de mis carritos de metal y las camas destendidas. Afuera, en el patio, habían flores rosadas, en los arbustos, en los linderos de mi pequeño agrupamiento de casas. Todas esas casas, todos esos arbustos, todas esas flores rosadas parecían de cartón, una maqueta podía ser mas real que el agrupamiento de casas en las que viví mi primera infancia. Hasta las veredas internas del conjunto habitacional parecían dibujadas. Unas golondrinas por aquí y por allá, un cielo siempre gris como el de hoy, que escribo y evoco. La soledad en la infancia tiene una ternura que los años van golpeando, rompiendo, pulverizando, ultrajando, destruyendo, volando como si los años encerraran dinamita y los meses fueran de pólvora. Es el tiempo y el ver pasar nombres frente a tus ojos, frente a tus oídos, frente a tu memoria, frente a tu olvido. Si, es cierto, el arte nos acompaña, nos va acompañando desde temprano en la vida, tal vez el aliado que faltaba mencionar y nos abre este espacio de comunión, de reunión, de soledad comunitaria, de sonrisa y de compañía. El arte es una compañía, un lugar seguro, un lugar cálido, una posibilidad de seguir y de sanar. 
Hoy es un lunes cualquiera de agosto, y no se hacia donde va, lo que si se, es que escribir, me permite, intuirlo, avizorarlo, confrontarlo, construirlo.

miércoles, 29 de mayo de 2019

el cangrejo toma un desvío

la ruta equivocada
los pasos hacia atrás
las noches de bocetos, los insectos de la ventana
la lluvia de reversa, los pasos escondidos, la voz olvidada,
la piel sin iluminación, un hueco en el suelo, un rumor a oscuras
los días sin ti, los días sin mi, un cuaderno cuadriculado y vacío
los niños en las orejas, los niños en los ojos, los niños en el tiempo,
hay un camino que se pierde en la neblina,
la arena que nos cubre totalmente, como si fuéramos un espejo de la Luna
una voz en la radio, una voz que sale como si estuviera tapada por un vaso de vidrio,
todos los soles del mes en su recorrido y final,
una mancha en el techo de la habitación
una a una, caen las columnas que intentaban llegar al cielo,
el calor justifica que el llanto no termine desde que te apartaste,
podemos crear, pero todo estará siempre mojado,
es cierto, el cangrejo toma un desvío


viernes, 11 de enero de 2019

Varsovia, Varsovia


Es una exposición especial, los amigos de Colorbox, me invitaron a participar de esta colectiva de arte en Varsovia, Polonia. Tenía que elegir dos trabajos de pequeño formato (a3) en técnica libre.
La galería Retroavangarda, nos ha acogido, con muy buena organización, la curaduría en Polonia, está a cargo de Anna Klos. La expo estará abierta desde el 9 de enero hasta el 31 de marzo de 2019.


 Fui avanzando en bocetos, comenzando con acuarelas y fue derivando en la primera de las obras, titulada en castellano "Secuencia de la Muerte"( Sequence of dead), cuyo acabado final fue en acrílico y lápices acuarelables. Hay una intención de seguir un patrón de representación simbólica de los fardos funerarios precolombinos peruanos, muy ligado a Paracas Necrópolis. 
  


Para la segunda obra en seleccionar, partí de otros diseños ya realizados, en esta temática, hace dos o tres años se realizó una exposición sobre momias en el antiguo Hospital San Andrés en Barrios Altos. De esa fuente de diseños, realicé "Momias"(Mummies), esta vez en acuarelas y tinta china.Los antecedentes de esta obra, están en una aguatinta y un estandarte en pintura de pared negra sobre tela, realizados para la exposición citada antes.  ¿Vamos a Varsovia?