lunes, 18 de noviembre de 2013

Lima resignada, nos deja ver su verdadero rostro / exposición de pinturas de Polanco

Lima siempre está al borde de la catástrofe, Lima calla, Lima se esconde y luego vuelve a asomarse al abismo y a su final. Las pinturas de Enrique Polanco la desnudan no sin dolor y algunos remordimientos, Lima aún quiere maquillarse a escondidas pero las imágenes del pintor la dejan a merced de nuestra mirada al fin. Es el territorio de la pintura, el color se vuelve protagonista y va fluctuando hacia diferentes matices entre puros e intermedios, en una totalidad de contrastes sólidamente equilibrados. Se respira Lima, se sufre Lima, se perdona Lima.


Los lienzos al óleo del pintor Polanco nos llevan por los viejos cines de Lima, por los locales escondidos de la noche, Barrios Altos, la Parada, las galerías comerciales, las calles descascaradas, los mercados, las ultimas sombras de Lima, los maniquíes rotos fuera de la vitrina, los escenarios abandonados, la ausencia, la soledad de la locura, la tentación que incluye el fracaso cotidiano de ocuparla y sentirla.
La galería de la Municipalidad de Miraflores nos ofrece una exposición que es, por fin,  el triunfo de la pintura, aquí después de mucho tiempo, nos habla el lenguaje pictórico en su esplendor, en su apogeo, en su clímax,  en su punto más alto. Eso, sumado a ese itinerario meticuloso por la ciudad de Lima y con metáforas literarias y estéticas como la presencia de Dante Alighieri , la imagen de un ángel del fotógrafo Daniel Pajuelo y otras nos dejan entrever un contexto poético largamente meditado y experimentado.


Recorrer la sala de exposiciones de la mano de los cuadros de Polanco es poblar y repoblar nuestra experiencia con Lima y atisbar la emoción de la pintura en el taller , la fase exploratoria, la búsqueda de colores que sean el cielo limeño: de noche, de día o de tarde, aunque éste sea rojo, amarillo o verde y capturarlo. Buscar el color de las paredes descascaradas de las casonas enormes de Barrios Altos en fuertes tonos puros y reintegrarla aún en su intento de ocultarse tras un ventanal de maderas apolilladas o los techos hongueados de una casa vieja casi abandonada.  Rastros de afiches, molduras barrocas, pisos de cemento, los pasos del pintor sobre la ciudad aparentemente deshabitada y por momentos ajena a su propia decadencia pero amada.

 

La pintura ha vuelto para hablarnos de forma clara y fuerte y nos convoca, todos estamos llamados a conversar con ella , a escucharla y disfrutarla.

viernes, 25 de octubre de 2013

Viaje al origen del sueño / exposición de Margarita Checa

 Saber que tu primer amor por el arte se originó en un sueño mágico entre dibujos, formas y colores es apenas un recuerdo casi perdido. Margarita Checa a través de su obra escultórica y sus dibujos me ha permitido recordar y viajar hacia el origen de ese sueño. Sus figuras en madera tienen tantas tonalidades como tipos de madera ha utilizado. Su obra reúne mujeres de formas estilizadas, niñas con diferentes elementos simbólicos: peces, conchas de mar, pumas y pequeños botes. Cada escultura me evoca múltiples dibujos desde diferentes puntos de vista y también la mano de quien fuera su maestra la artista Cristina Gálvez. En el taller, la maestra Gálvez sugería que la obra como método podría nacer de un estado de ánimo y construir la obra de abajo para arriba, tanto en lo matérico como en lo simbólico.


El recorrido de la exposición nos lleva a una historia humana de vida, un viaje del agua y sus corrientes, una gran metáfora del devenir de la vida desde el punto de vista femenino. En las piezas de madera de Margarita Checa los niños son niñas, la presencia adulta son mujeres en casi su totalidad. La mujer se desdobla en fragilidad e instinto, en interioridad de sonidos de agua, en ondulaciones de telas que luego se van convirtiendo en líneas de aguas que dan origen a la vida y al movimiento. Los botes nos invitan al viaje entre niñas que por momentos juegan, duermen y por momentos parecen estar inmersas en la sorpresa de constatar que sus cuerpos son no solo agua sino también ilusión y futuro.


Personalmente no soy un espectador predilecto de escultura, pero la obra de Margarita Checa abunda en elementos figurativos a diferencia de sus contemporáneos en esta disciplina, tal vez sea eso lo que me acerca su lenguaje al dibujo y al elemento estético de cuidado y equilibrio compositivo y de belleza artística, algo que está postergado a veces en función de argumentos conceptuales o discursos curatoriales. Aquí en cambio nos comunicamos con su obra en primer lugar a través de un lenguaje de formas íntimamente elaboradas, sentidas y expresadas con elevada sutileza estética y formalmente meditada en sus incrustaciones, símbolos y acabados. De ahí nuestro viaje al origen, al origen del sueño de ser artistas. Gracias Margarita.
  

lunes, 30 de septiembre de 2013

no soy yo

No soy yo, te aseguro que no soy yo. Es este techo bajo y gris que nos oprime, las paredes frías, la humedad que corre en gotas por las tuberías.
Tu voz afónica tras las enormes catástrofes negadas y silenciadas...
Dí que estás sola, que las horas se pasan entre mesas, sillas, libros y apuntes en tu cuaderno
Finge que todo va bien, que no se percaten de tu turbación, de tus preocupaciones
Dentro de esa masa encefálica que respira hay muchos tonos de plomo y tenues azules violetas

Seguro habrá una salida ciega, una puerta dibujada, una palabra que regresa sin haberla pronunciado, el taller olvidado, el proyecto inconcluso, las pautas de un nuevo trimestre y el tumulto de los días en tu boca, en tus ojos, en tu cabello liso y casi apagado...

No soy yo, te aseguro que no soy yo sino las horas que esperan un nuevo mes y un año que aún no termina, un buen año, una avispa gigante escondida tras el cerro de ropa, el semáforo que eterniza el rojo y la música de tu dulce mirada, tu recordada mirada en la blanca hoja de mis intentos...     

jueves, 12 de septiembre de 2013

sobre el odio y otros ángeles confundidos

La cercanía de amigas y amigos dan a la vida una luz y calor especial. De las conversaciones cotidianas van surgiendo nuevas ideas y acciones en una retro-alimentación constante, esto es lo natural y saludable. Pero ¿qué se hace cuando aparece lo opuesto de aquello natural y que surge en un clima de afecto y amistad?. Por opuesto me refiero  al calor incandescente del odio. Nunca me interesé por el odio, pero de pronto sentirse odiado comenzó a latir en mi cabeza.  La pregunta es : ¿ se puede hacer algo frente a alguien que te odia ?... mi respuesta temporal es no, no se puede hacer nada.., pero de ese afán por investigar sobre el odio, surgieron algunas consideraciones interesantes:  encontré unos estudios psicológicos sobre el odio y su efecto somático sobre la persona "odiante" ( es decir, los efectos negativos que se producen con el tiempo en aquella persona que guarda dentro de sí odio hacia algo o hacia alguien ), la persona "odiante" padecería con el tiempo de ansiedad y otras enfermedades psicosomáticas incluso el cáncer...
Otra consideración es respecto de la parte conceptual y cito "debido a que el odio se cree que es de larga duración, muchos psicólogos consideran que es más una actitud o disposición que un estado emocional temporal" y también respecto del objeto del odio dice el fundador del psicoanalisis Sigmund Freud que " el odio es un estado del yo que desea destruir la fuente de su infelicidad". He aquí la naturaleza destructiva del odio, pero no de cualquier cosa si no de aquello que lo hace infeliz. 
La densidad entonces que encontramos en el odio es como una esfera de pesado mineral en nuestras manos, toneladas de peso en un pequeño espacio y la fuerza dañina de su concentración. Pero las investigaciones psicológicas nos refieren de una trampa en el odio y el rencor, de que se trata ?...: "Muchas veces estas personas tienen una razón de base, de una u otra forma, se han sentido abandonados o engañados y esto ha despertado ese sentimiento negativo tan fuerte. Lo curioso es que todos ellos piensan que al odiar, le están haciendo daño al otro. No se dan cuenta de que se están haciendo daño a sí mismos", la trampa está en pensar que al odiar le estamos haciendo daño al otro y lamentablemente no es así..., la realidad es que al odiar nos hacemos daño a nosotros mismos...Felizmente , existen técnicas para eliminar el odio y el rencor y retornar a una vida mas cercana a lo saludable. Como decía al principio nunca me interesó el odio como tema, pero saber que existe y hay gente que pone mucha energía en esto me llevó a dar algunas rutas de retorno, así que si algo podemos hacer por aquellas personas que nos odian, tal vez sea darles un alcance de nuestra solidaridad con ellas para que puedan salir de esa densidad que podría afectar su salud, y que la armonía sea recuperada para el bien de todos. 

jueves, 1 de agosto de 2013

vueltas

dar varias vueltas y no saber en que vuelta cae el meteorito
visitar a alguien y escuchar sus palabras hasta que duerma
observar la pista mojada por la lluvia cuando amanece
repasar soluciones que podrían funcionar
y ponerse a la tarea sin siquiera darse cuenta

lunes, 8 de julio de 2013

que

que la luna no está
que te quedaste dormido
que el microbus es una pesadilla por las mañanas
y tu maleta tiene la correa muy larga y cojea con facilidad

que el cielo de lima es sepia y esconde un sollozo
que los vidrios están sucios
que la cama quería que te quedaras mas tiempo
que el duchazo semi tibio no bastó para despertarte

que el ajedrez ciber te está volviendo un jugador blitz de la vida
que solo las miradas de tus alumnas te salvan
que nos vamos a quedar sin huacas en lima

que toda la culpa la tiene el clima, la garúa y su humedad
que en realidad no pasa nada y solo es la rutina
que las que se suponían eran las ocasiones para cambiar tu vida se pasan de largo con cierto aire de cachita
que lo que pasa es que estamos en julio, y el mes patrio te hace olvidar que ya viene una feria del libro

y que agazapado se esconde un poema visual en la pantalla mas oxidada de tus días...

martes, 19 de febrero de 2013

Un mundo para Emilia

Lo nuestro fue una venganza de lo imposible. Recuerdo que Emilia pintaba al óleo llevando su lienzo y una canastota que cobijaba sus materiales por los jardines de la universidad. Allí, por los jardines, la podía hallar concentrada y con una media sonrisa pintando, pintando mucho, las primeras veces que pude abordarla. Pintaba las flores de los jardines en pequeños lienzos de estudiante de arte. El olor inconfundible a óleos era para mi un aroma familiar muy querido y próximo. Era mi costumbre llevarle caramelos de limón, mostrando así una ternura que por vez primera en mi vida sentía que era bien recibida, su humor algo endógeno y ligado a su femenidad y su vínculo secreto con la muerte creaba un clima de misterio a su mirada nostálgica. Frágil, abandonada, bella y sencilla. Un mundo se movía a su alrededor: su fascinación por la novela "El tambor de hojalata " de Gunter Grass, su soledad profunda,  propia de personaje de biblioteca tan irreal como su palidez y sangrado constante de nariz, y el código secreto de comunicación que nuestro amor iba elaborando de manera natural, tan natural que asombraba su enormidad a la distancia. Yo sentía el sabor a caramelo de limón en mi boca de sólo imaginarla y aún hoy al recordarla se asoma algo de fiebre en mis orejas.
Cada historia de amor es única y tiene una ruta sinuosa, tejida por los vaivenes de los dos, finalmente protagonistas de la historia, y un día se pierde la memoria y lo constructivo de un amor que desaparece. Pero queda una dulce enseñanza: lo imposible también se puede lograr, hace falta seguir alimentando ese mundo para que viva mas tiempo. La venganza de lo imposible terminó y vino solo lo monótono de lo posible y sus mezquinas condiciones. Con Emilia descubrimos los enlaces ocultos de las cosas, nos reímos de la desesperanza de los demás por la complicidad de nuestro amor,  hasta que un día, ese mundo que fue construido a su medida, se fue cayendo entre contradicciones y la fuerza de la realidad. El amor desapareció como siempre porque todo decae y cambia.  La  vida también podía ser bella como la película de ese entonces, de Roberto Benigni y sólo bastaba una luz perfecta en su cuello durante una función en la sala de cine, para sonreír ante los guiños del destino, un mundo para Emilia, la que usando sus telas verdes y rosas sobre su cabeza se confundió entre los duendes una noche en el bosque, cerca de la banca que alguna vez hace tanto tiempo atrás ya, cobijó el calor esfumado de nuestro amor. Por el mes del amor, Emilia, allí donde estés, felicidades.  

jueves, 10 de enero de 2013

mágica

Ella sabía jugar a la poesía y las coincidencias, por eso cada día nos escribíamos y leíamos afiebrados nuestros textos, entre clase y clase de pintura, el sol anaranjado de la tarde se prolongaba mas por esos días, inconforme por tener que irse, himnotizado totalmente por el ritmo de nuestros versos. Por la noche el tamaño de la flama de las velas encendidas eran un coro de palabras en lenguaje cifrado, tan obvio que casi hablaban en mi habitación.
 El hechizo iba in crescendo, una tarde mientras caminábamos por los jardines de la universidad, nos perseguían los elementos de la naturaleza en parejas, dos libélulas volando juntas, dos pequeños gorriones  que parecían uno y hasta dos moscas se las arreglaban para volar pegadas, las hojas de los árboles nos caían en la cara ya con bochornosa decisión...

Como los naipes en el piso, como las señales que se cansan de darnos luz verde, no podía haber mas arte en nuestras vidas, bastaba tomar una cerveza para saber que la armonía estaba de nuestro lado. En la plenitud de  la magia del arte supe que Lima si se comunicaba con nosotros en su cielo, en sus melancolías y en sus más íntimos deseos  hasta que la belleza estallaba al caer la noche, para decirnos al oído que siempre es posible una nueva vigilia y un nuevo comienzo.

En sus ojos y en su voz, repetida infinitas veces, supe de la calma y la fragancia de un futuro mejor.