lunes, 5 de julio de 2010

La presencia de lo insólito


entre el frío de Lima y los intentos por ser correcto


Si las cosas van dando vueltas como en el bolero de Ravel, estos días me han impactado la cola de varios cometas cósmicos. Cuando la olvidada magia se presenta reclamando su espacio, la tenue luz de Lima se convierte en una fotografía de colores cálidos hacia el siena tostado. Qué frío hace en Lima por estos días y que laborioso poner las piedras en su lugar de este lado de la orilla de la playa. Creanme que hago mi esfuerzo, hasta que un amigo que esta exiliado en Barcelona me dice que han encontrado sirenas fosilizadas en el fondo del mar y un hermano casi olvidado en mi historia personal me cuenta que tiene la ilusión de construir su gran biblioteca soñada. Ante tanto olor a colonia de buen precio, solo he pensado que debo tener mejor timón y dirigirme firme hacia las cosas buenas, las que no estan planificadas sino que ya estan tejidas en las alfombras preconcientes de mi vida, en el planeamiento de la ciudad de mi vida, en el mundo propuesto por las mentes mas sobresalientes de nuestra humanidad paralizada por los miedos.

Que no sean mis faros siempre la mejor danza de Pina Baush, las preguntas de Cortázar o la angustia de Sábato, que el tiempo no me apunte con sus afilados cuchillos, que mis faros evolucionen y me dejen flotando en mi tarea de tejido, al menos colectivo, pero tejido de todos modos, asi sea.

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