Ya van dos recuerdos durante la visualización de la película española("Los amantes del círculo polar"): la primera la de la escuela, esa sensación de estar en un lugar, con algo de frío, un salón, un lugar en el que se espera con otros niños. Yo, siendo niño, esperando a mi madre, que viniera al colegio a recogerme. Yo, en esa sala pequeña con otros niños, en realidad, casi todas niñas, recuerdo a una niña rubiecita, recuerdo que me sangraba la nariz, y recuerdo que era el engreído de casi todos los presentes. Eso, un yo como centro del mundo y mi madre que al fin aparecía, y como siempre llegando tarde, su figura familiar, conocida, de ternura próxima, cercana, amable.
El segundo recuerdo viene por el auto, un volkswagen en el que durante un tiempo fui a mi colegio. Amablemente, un compañero del colegio me llevaba por las mañanas en el auto de su padre, yo iba a su casa temprano y luego todos (pues él tenía un hermano menor que también iba) viajábamos durante una hora o un poco menos al colegio, era ya en la secundaria. Eso era especial, era ver por dentro a una familia, similar a la mía, pero distinta, y su entorno familiar, igualmente, un lenguaje familiar, una realidad similar, la peruana, y una zona similar, mi distrito. Eso, hacía de ese pequeño lapso de tiempo, algo extraño, y especial a la vez.
Ahora, estoy viendo una película, que tal vez pude haberla visto antes: "Hable con ella" de Almodovar, aún voy por la mitad, pero es mejor así, para comentarla con la frescura de la sorpresa y el impacto. Hay temas que me parecen muy próximos como la danza, los símbolos y elementos que ésta trae como arte y como disciplina y el cine mudo, que también me trae recuerdos de cuando iba en la adolescencia al cine Melies, que era un cine-club de un local de la YMCA, que quedada en la avenida Bolivar en Pueblo Libre. Y entre tanto cine mudo, una escena, del hombre pequeño y la vagina de su mujer, es idéntico a una pequeña historieta que hice a fines de los años ochenta, muy oportuna en el recuerdo...
Y ahora, el verano, entre lo árido y la creación, seguir bocetando para un mural en el patio, en el muro de ladrillos blancos, preparar un diseño, intentar hacer lo mejor. Debo imaginar el color, debo imaginar lo que irá dentro.
Pasó el tiempo y finalmente el mural ya lo estoy pintando, y si aún es verano-el siguiente- con sol pleno mientras pinto, moviendo escaleras hacia el muro, subiendo y bajando y encontrando los tonos, los colores, las formas y todo lo demás. El mural es un intento de resumen de imágenes que me han acompañado en la historia de mi propia pintura y creación.
Para variar, nuestro país y la política están en el peor momento, ya casi se logra una suerte de dictadura congresal o mejor dicho, el copamiento de todas las instituciones del estado a favor de un grupo de poder, de unos intereses y probablemente de un sector corrupto de nuestra clase política.
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