De niño tenía el pelo largo y ruloso, era timidísimo y fantasioso. Una tarde regresando de mi colegio por la avenida petit thoars con mi madre, una señora de una tienda nos llamó. Era un pequeño bazar, lleno de útiles de escritorio y regalos para todas las edades. En la vitrina habían muchos carritos de juguete, sobre todo pequeños carritos. Qué colores!
Nunca fui tan bien recibido en una tienda, nos obsequiaron dos albumes con fotos de carritos "match box", aún debo guardar en algún cajón, estos albumes.
Claro, el niño podía pedirle a mamá.
Pero para mí, solo fue un día lleno de sol y alegría por unas figuritas a color.
No hay comentarios:
Publicar un comentario