martes, 25 de noviembre de 2014

Ese lugar imaginario del silencio

La intención de escribir el diario me agarra un martes, justo cuando me suspendieron una clase...De pronto caigo en la cuenta que los días se me están haciendo rutinarios, casi idénticos, atosigado por los medios de comunicación masiva y su cuasi repetición informativa. ¿Cómo hacer entonces un paréntesis y salir a un lugar imaginario de silencio y reflexión? ¿Será que tal vez ya no lo necesitemos?.

Felizmente he podido parar el reloj vital, y poner en orden las tareas que tengo programadas para mañana, ya las he previsto, entonces solo queda la hoja en blanco y las posibilidades intactas de registrar un instante, ese en el que me muevo y vivo.

El paso acelerado de los días tienen un carácter en la actualidad, algo así como un sello de época, el vertiginoso movimiento de la tecnología y sus milagros a los que nos tiene acostumbrados de forma cotidiana y casi ya pasan inadvertidos. Está ahí todo el tiempo, la realidad virtual, la silenciosa comunicación de mensajes de texto y los artilugios de un mundo digital.   Pero, algo me dice que no lo manejamos del todo y que cada día vamos mutando hacia algo extrañamente ajeno a nosotros mismos y a la vez mas cercano a alguna parte de nosotros.   La vida se abre paso en medio de una explosión continuada de contradicciones y el camino trazado se nos antoja real. ¿ qué destino nos vamos creando de forma casi inconsciente y visceral ?
Ponemos el ojo en la ruta y el otro ojo en el devenir arrollador de las millones de realidades que nos asaltan a cada instante, la vamos editando al amparo del universo del arte y las líneas perdidas van tomando algún sentido, ¿lo vemos realmente con lucidez o solo lo atisbamos intuitivamente?

Lo bueno, por último, de la rutina, será el derecho que tenemos todos, a dar un salto imaginario y ver la realidad desde el ángulo "incorrecto" pero peculiar e individual, al fin.